lunes, 17 de mayo de 2010

Herramientas para ofrecer información sobre uso racional de Medicamentos

Una obra social al invertir esfuerzos y recursos en brindar información apropiada y oportuna a sus afiliados, estaría desarrollando una herramienta fundamental para comprometerlos a estos con el uso racional del medicamento, permitiéndoles de esa manera tomar mejores decisiones que los beneficien en lo que respecta al cuidado de la salud individual, de su economía particular y de la economía de la institución.

Cabe aclarar que si bien el objetivo de este artículo no es desarrollar un programa de información de uso racional de medicamentos, sino exponer concretamente las herramientas de información, como estas ultimas deben ser utilizadas en ese contexto, primero se hace una breve explicación de las características principales que debe contener un programa, para luego si finalizar con la exposición de cada una de las herramientas disponibles para llevarlo adelante exitosamente.

Antes que nada es preciso fijar con claridad un objetivo factible para el programa, que en este caso, debe estar relacionado con proporcionar información evaluada, contrastada, actualizada y accesible sobre el uso racional de medicamentos a todos los afiliados empadronados a determinada obra social.

En definitiva el objetivo de un programa de estas características estaría acotado al aprovechamiento de las herramientas de información y comunicación para suscitar un cambio de conducta favorable en el consumo de medicamentos de los afiliados en el contexto del uso racional.

Por supuesto la fijación de este objetivo tiene que provenir de la conducción de la entidad que debe además garantizar el apoyo político necesario para poder llevarlo adelante eficientemente. Una manera, por ejemplo, de evaluar si un programa tiene el apoyo requerido de la conducción es considerar si los recursos humanos, tecnológicos y materiales que se le destinan son los suficientes.

Otro tema que resulta fundamental es la definición de quien o quienes van a ser responsables de llevar adelante el programa. Esto va a depender de la combinación de varios factores como son el grado de desarrollo organizacional, tipos de herramientas de información aplicadas, el volumen de afiliados, la dispersión geográfica de estos, si se trata de una entidad de funcionamiento centralizado o descentralizado, entre otros.

Por el tipo de tareas que van a conformar el programa, estrechamente vinculadas a la ciencia de la comunicación, por la especificidad de la temática en cuestión y por el apoyo político que como se mencionó es indispensable, resulta necesario que al menos integren el equipo responsable del programa:

· Una persona capacitada en la comunicación institucional

· Una persona experta en el cuestión de uso racional de medicamentos

· Un representante de la Dirección.

En lo que respecta a la faz comunicacional en las instituciones de significativa magnitud puede ser conveniente contar con un departamento de comunicaciones donde no sólo se redacten avisos hacia el interior y exterior de la entidad, sino que además se organicen actividades planificadas; que luego se evalúen, se modifiquen y se creen pautas de asesoramiento al equipo directivo para el desarrollo de los distintos planes y programas.

En entidades de menor dimensión o complejidad organizacional quizás no sea necesario ni funcional contar con un departamento estructurado como tal, pero si en cambio puede existir una persona responsable, pudiéndose optar también por la contratación de terceros para que se encarguen de esta tarea especifica.

Lo importante es que se realicen las actividades en función del objetivo de la entidad, para lo que es necesario contar con un plan de comunicación institucional que permita definir las distintas estrategias.

En cuanto a la persona o personas encargadas de aportar al equipo responsable del programa la parte del conocimiento especializado en la temática del uso racional de medicamentos, puede ser ideal un profesional médico o farmacéutico con capacitación especifica en la materia.

Para cada programa se debe fijar un objetivo a largo plazo (proporcionar información útil y de calidad para todos los afiliados), y además, plantearse metas mas concretas a un menor término como puede ser la entrega de vademécum a todos los afiliados titulares y la distribución de folletos informativos en los distintos lugares de trabajo como parte de la comunicación externa o implementar cursos de capacitación al personal encargado de la atención al público de la obra social en nociones de uso racional de medicamentos, como una meta de comunicación interna.

Es importante resaltar la importancia de la comunicación interna como incitación a optimizar la productividad del recurso humano, que se puede materializar mediante distintas herramientas como periodos de confraternización, publicaciones internas, seminarios, etc.

A continuación se desarrollan brevemente y se brindan algunos ejemplos de las distintas herramientas de las que se puede valer un programa con estas pretensiones para desarrollar sus actividades y sus posibles aplicaciones.

Cada institución según sus características y las de su padrón de afiliados, pueden combinarlas de diferentes maneras para concretarlas con la mayor eficiencia que sea posible con los recursos asignados.

Sitios Web institucionales:

Las obras sociales deberían beneficiarse de las potencialidades que en términos de trascendencia otorga este medio tanto para poder difundir información útil como también para obtener un medio para contactarse con los requerimientos de sus afiliados.
Una página Web puede contener entre otros componentes: texto, audio, imágenes, graficas vectoriales, hipervínculos, Vínculos y Marcadores.
Circunscribiéndose al aprovechamiento concreto que a esta herramienta se le puede dar desde las obras sociales para favorecer el uso racional de medicamentos, resulta beneficioso que contengan en ella información sobre:

· Los medicamentos contenidos en vademécum.

· Niveles de cobertura.

· Orientación para realización de trámites necesarios.

· Incluir nociones básicas sobre el consumo racional de medicamentos.

· Farmacias de turno.

· Direcciones de correo electrónicos y números de teléfonos útiles.

· Recomendaciones de otros sitios de Internet o material bibliográfico relacionados con la temática.

· Buzón de consultas

También se pueden desarrollar “librerías virtuales” donde mediante links se indiquen un conjunto de paginas o sitios Web donde se pueda encontrar distinta información relacionada al uso racional de medicamentos, como así también otras temáticas de salud que puedan resultar de interés de los afiliados o visitantes ocasionales de los diferentes sitios.

Un factor muy importante a tener en cuenta en la información remitida vía Web es el grado de actualización permanente que esta requiere, ya que es frecuente consultar distintas páginas que solo aportan a la confusión de los visitantes al contener información no actualizada, y por ende mal informan o “desinforman” en lugar de cumplir con el objetivo natural.

Esta herramienta cuenta con la ventaja con respecto a otros medios de saltear la barrera que puede representar la distancia geográfica, por otra parte si bien Internet se encuentra en un proceso ininterrumpido de expansión, no es en nuestro país un medio aún accesible por razones económicas o de desarrollo a todas las personas, transformándose ésta en su principal desventaja.

Un punto muy importante a tener en cuenta es que esta información se encuentre agrupada y ordenada y accesible en un hipervínculo o link bien identificable por ejemplo bajo las denominaciones de “medicamentos” o “programa para uso racional de medicamentos”.

En definitiva es una herramienta o medio muy útil, pero que tiene que ser complementada con otras para poder captar el mayor universo de gente posible.

Esta característica de medio útil pero insuficiente por si solo de las páginas Web en realidad es aplicable a todas las herramientas de información, donde se debe lograr una complementariedad y coordinación necesaria entre estas.

Correos electrónicos:

El e-mail (electronic mail) o correo electrónico es un servicio que también brinda Internet por el medio del cual se pude llevar adelante un intercambio gratuito de información entre usuarios que puede convertirse en muy ventajoso en caso de que la instituciones deban enviar informaciones o notificaciones puntuales para los afiliados, por ejemplo el caso de necesitar comunicarle a un afiliado en particular que sobrepasó o esta por sobrepasar el consumo autorizado para un medicamento en determinado periodo, que el sector de auditoria medica requiere algún tipo de documentación complementaria para renovar determinado plan, o que la ha sido aprobado algún plan de tratamiento especial.

Como principales puntos a favor se puede destacar la practicidad de la realización de esta tarea, que la comunicación es remitida de manera ágil y rápida, que permite un feedback en la comunicación, y el registro del contenido de lo informado que le queda al afiliado, mientras que como factor negativo se puede recalcar la incertidumbre por parte de la obra social de que el destinatario del correo efectivamente lo haya leído y comprendido, por eso es atinado y recomendable reforzar el contacto, por ejemplo con una comunicación telefónica o por correo convencional.

Es importante enfatizar la valía del feedback que permite este medio en la comunicación, en este sentido las personas encargadas de esta tarea no solo deben estar capacitadas para enviar comunicados que emanen de la institución sino que también deben ser idóneos y estar atentos a satisfacer preguntas y requerimientos que puedan surgir espontáneamente de los afiliados. Además, la entidad debe estimular esta participación activa de los afiliados.

En este aspecto adquiere gran relevancia el nivel de actividad y fluidez que se le de a la casilla ya que este factor puede actuar como estímulo o por el contrario si las contestaciones por parte de la institución no se dan de una manera rápida y ágil entorpece la comunicación, provocando además frustración en el usuario que realiza un planteo que no le es resuelto en tiempo y forma.

Se requiere imprescindiblemente de una o varias personas aptas dependiendo del volumen de comunicados habituales y la estructura organizacional, encargadas de enviar estos correos y de un listado de contactos (afiliados) completo y actualizado. Pudiéndose organizar esta tarea de diferentes maneras:

· Una alternativa puede ser contar con una dirección de correo electrónica exclusiva del programa (ejemplo: medicamentos@obrasocial.org.ar) desde donde se difunda información especifica y reciban las consultas de los afiliados

· Se puede optar también por tener solo una dirección de correo de tipo “prensa@obrasocial.org.ar” a cargo de una persona capacitada en comunicación que se encargue de difundir todos los avisos que vía correo electrónico requieran enviar los distintos sectores, oficinas o encargados de programas de la obra social, además de distribuir internamente los requerimientos espontáneos de los afiliados a quien corresponda por competencia.

Los correos electrónicos cuentan con la característica también ventajosa de dar la posibilidad de enviar y recibir archivos adjuntos al mensaje en formas de texto, audio, o imágenes con relativa capacidad. Así pueden enviarse un vademécum, calendarios de farmacias de turno, detalles de realización de tramites específicos, formularios, entre otras utilidades.

Otra herramienta con la que Internet cuenta y que se puede implementar es el denominado boletín electrónico, que es un boletín informativo que debe ser enviado con una periodicidad relativamente breve a un listado de contactos, en este caso todos los afiliados cuya dirección de correos electrónicos se encuentren registrados.

Entrega de vademécum impreso:

Al tomar la decisión de otorgarle a los afiliados la posibilidad de que estos cuenten con un vademécum impreso, se los esta proveyendo de un instrumento realmente útil para amortiguar en algo la asimetría de información existente con profesionales prescriptores y dispensadores. De esta manera lo pueden llevar al momento de la consulta médica y les permitirá manifestarle al profesional cual de las distintas opciones del mismo medicamento (droga genérica) que este pretende prescribirle, tiene mayor cobertura de la obra social correspondiente, o le es más conveniente a su propia economía. De igual forma le permite solicitar la opción para el más favorable al momento de la dispensa en la farmacia.

Para que tal situación beneficiosa se pueda concretar es necesario que el vademécum este confeccionado de una manera que su uso resulte practico, ágil y accesible, tanto para el afiliado como para los profesionales prescriptores y farmacéuticos.

Por ejemplo resulta elemental que los distintos medicamentos incluidos en el vademécum impreso estén dispuestos ordenadamente de forma alfabética por la denominación común internacional o nombre genérico, acompañado por la presentación, nombre comercial, laboratorio productor y precio a cargo del afiliado o en su defecto el precio total del medicamento dejando claramente especificado el nivel de cobertura (en caso de tratarse de un %).

Esto trae aparejado que el afiliado al concurrir a la farmacia sea conciente del monto a desembolsar por la elección de una u otra marca de una misma droga.

Asimismo, puede resultar de mucha utilidad introducir al inicio o final del vademécum alguna breve reseña de los criterios adoptados para la inclusión de los distintos medicamentos, explicar conceptos de medicamentos esenciales, o distinciones entre nombres comerciales y nombre genéricos, etc.

La principal desventaja que se puede identificar a la entrega de vademécum impreso y la causa de que muchas obras sociales desistan de llevarlo a cabo, es que en procesos inflacionarios los precios impresos no corresponden con los reales al momento de la compra y la actualización del vademécum resulta conlleva su costo para realizarla en periodos relativamente cortos.

También puede presentarse dificultad en términos de logística y costos de distribución según la dispersión de afiliados.

En definitiva es un instrumento que se le puede ofrecer al afiliado para tener un conocimiento detallado de sus opciones a la hora de adquirir determinada droga, que puede ser costoso para la obra social, pero que debe de evaluarse en términos de costo-beneficio, incluyendo dentro de los beneficios a ser puestos en consideración el grado de satisfacción del afiliado.

Folletos informativos:

Estas herramientas implican desarrollar materiales informativos que promuevan el uso seguro y la adecuada administración de los medicamentos, como por ejemplo boletines impresos, artículos, hojas informativas, panfletos, etc.

El Boletín impreso se puede enviar de manera mensual o con otra periodicidad preestablecida convenientemente, siendo fundamental que el contenido del mismo resulte educativo en la materia (artículos relacionados, información especifica sobre cobertura, puede motivar mediante la inclusión de premios, recomendaciones y advertencias) y debe ser dirigido a todos los afiliados o a la mayor cantidad de ellos posibles. En el cálculo del costo debe incluirse el diseño, la distribución, el sellado y los gastos de imprenta.

Las obras sociales pueden utilizar panfletos para publicitar nuevas coberturas de medicamentos, planes especiales, informar sobre importancia de la farmacovigilancia y el papel activo del paciente en esta, informar sobre peligros que acarrean la automedicación, etc.

Obviamente estos boletines o panfletos pueden no ser específicos sobre la temática de uso racional de medicamentos, sino que puede estar este tipo de información incluida dentro de una más general siempre vinculada al ámbito institucional y de la salud como ser artículos relacionados con la promoción de hábitos de vida saludable, campañas de prevención de enfermedades especificas, o difusión de coberturas de diferentes practicas medicas, etc.

Así como los boletines electrónicos demandan que se cuente con un padrón actualizado de los correos electrónicos de los afiliados, los boletines o distintos folletos impresos y vademécum para llegar a la mayoría de la población cubierta posible, requieren la información de los domicilios actualizados.

También se pueden distribuir en los lugares de trabajo o en las mismas oficinas habilitadas de las obras sociales, pero se disminuye significativamente la cantidad de beneficiarios que puedan acceder a la información..

Centro de atención y contacto telefónico:

Los denominados call center o centros de atención telefónica surgieron otorgando a las empresas e instituciones la oportunidad de prestar un servicio inmediato al cliente a través del teléfono. En el caso específico de las entidades de la seguridad social esta herramienta puede llegar a colaborar ciertamente para optimizar la relación entidad-afiliado.

Los contact centers son unos de los medios más dinámicos y avanzados tecnológicamente, pero deben tener en cuenta cuantiosos obstáculos que tienen planteados en su actividad como son la falta de formación de los equipos de trabajo, la elevada rotación del personal, la compleja relación con el cliente y en empresas de gran magnitud y dispersión geográfica el offshoring o deslocalización.Se debe tener como misión al momento de proyectar un servicio como este, cumplir con la siguiente premisa: contactar-comunicar-informar-satisfacer-fidelizar.
Además se debe llevar a cabo un estudio sobre la atención a afiliados en cuestiones relacionadas con los medicamentos donde se debe poner en consideración qué servicio se le está brindando a los afiliados, qué servicio pretende tener, y como se puede hacer mas eficiente la organización de los recursos disponibles, para salvar o amortiguar la insatisfacción resultante. En lo que concierne al personal que trata telefónicamente con los afiliados debe conocer todo lo referente a cobertura de medicamentos que ofrece la obra social, con fácil acceso al vademécum si existiera, y nociones bien asimiladas de uso racional de medicamentos. Por esta causa es necesario realizar periódicamente cursos específicos para la formación de personal del servicio de atención al cliente-afiliado.
Premisas fundamentales para un centro de contacto y atención telefónica:
- Los servicios de atención al afiliado demandan un horario superior al de la empresa.

- Es muy importante atender las llamadas de los afiliados en el menor tiempo posible.
-Los afiliados valoran una primera respuesta inmediata por parte de la obra social.
- El afiliado tiende cada vez mas a hacer valer sus derechos como consumidor de servicios.
- Las obras sociales de accionar más eficiente son las que escuchan las quejas y comentarios de sus afiliados e intentan resolverlas.
- La satisfacción del afiliado no está en manos de un solo sector sino de toda la institución.
- Los reclamos bien atendidos son una usina de información, compromiso y fidelización de los afiliados con la institución.

Carteles formativos e informativos:

El cartel puede ser definido genéricamente como un anuncio o aviso en lugares públicos con fines publicitarios o informativos. Hay tres factores fundamentales para tener en consideración al momento de querer realizar campañas educacionales, informativas o publicitar determinado evento o servicio mediante la utilización de carteles: diseño del cartel, cantidad de carteles, y distribución de los mismos.

En el diseño se debe garantizar conseguir la claridad del mensaje que se desea transmitir, evitando cualquier tipo de confusión o interpretación errónea, además estos deben tener la característica de llamar la atención de las personas a las que estén dirigidas, o que ocasionalmente se encuentran o deambulan en su proximidad y de provocar un impacto significativo en estas una vez que son leídos. En este sentido resulta bastante expresiva el enunciado que utilizan algunos expertos en la materia cuando se refieren al impacto que debe producir un cartel: “ un grito en la pared".

En primer término hay que definir el objetivo de los carteles, por ejemplo: “difundir entre los afiliados de la obra social conceptos significativos de uso racional de medicamentos” (carteles formativos) o “publicitar acciones o eventos que se organicen relacionados con el uso racional” (carteles informativos). Un cartel formativo que combine adecuadamente texto, imagen, color, composición, tamaño y formato, puede convertirse muy útil para actividades de promoción de salud en general.

En definitiva para diferenciar se puede establecer que los carteles informativos son los que comunican eventos, cursos, charlas, etc., mientras que los carteles formativos son medios que pueden favorecer el establecimiento de hábitos de higiene, salud, limpieza, seguridad, orden, etc.

La cantidad y distribución física de los carteles dependerá en realidad de factores mas asociados a el padrón de afiliados con el que cuenta cada institución. Es decir se debe considerar si estos se encuentran geográficamente concentrados o desconcentrados, o también la disposición física de los lugares de trabajo. Igualmente es conveniente que se dispongan carteles en determinados lugares que pueden llegar a ser de concurrencia común para los afiliados como pueden ser las sedes centrales de las obras sociales, delegaciones, bocas de expendios, centros recreativos o asociaciones gremiales.

Charlas y conferencias:

En principio y para diferenciar técnicamente una de otra se puede afirmar que la charla reviste menos formalidad que la conferencia. De esta manera la primera es definida como una disertación oral ante un público sin solemnidad ni excesivas preocupaciones formales, y la conferencia como una disertación publica sobre algún tema doctrinal.

Dejando atrás los tecnicismos y tratando ya de exponer como estas herramientas pueden ser usufructuadas por las obras sociales específicamente para difundir cuestiones básicas de uso racional de medicamentos, estas pueden desarrollar por ejemplo un ciclo de charlas dirigidas a los afiliados para instruirlos sobre la posibilidad de elección de marcas a diferentes precios que le otorga la ley de prescripción por nombre genérico y aprovechar la oportunidad para satisfacer las diferentes inquietudes que puedan surgir.

Además se pueden dictar conferencias donde se informe a los asistentes sobre la responsabilidad activa en cuestiones de fármaco vigilancia les compete a los pacientes, explicándoles en que consiste esta, su importancia y manifestarles que ante cualquier efecto adverso que pueda surgir en un tratamiento farmacológico lo deben comunicar al medico prescriptor, al farmacéutico o ante el ente encargado de la farmacovigiliancia que es el ANMAT.

Para organizar adecuadamente un evento de estas características hay que tener en cuenta los siguientes puntos claves:

1) Objetivos claros: Lo primero es tener en claro que no se puede convocar a las personas para nada, sino que por el contrario debe existir un objetivo específico que en este caso puede ser inculcar a los asistentes nociones importantes de uso racional de los medicamentos o informar sobre ventajas de la sustitución de marcas desde el punto de vista de la economía domestica.

2) Oradores adecuados: es fundamental garantizar que las personas convocadas a exponer en la charla o conferencia sean las adecuadas para transmitir la información que se desea. En el ámbito de una obra social pueden participar por ejemplo médicos auditores, médicos especialistas invitados, farmacéuticos invitados, o demás personas cuya experiencia laboral o personal colabore a enriquecer el evento.

3) Espacio físico adecuado: En cuanto al espacio físico donde pueden ser organizadas estas charlas y conferencias se pueden utilizar instalaciones apropiadas de lugares de trabajo o en otros sitios particulares o públicos acondicionados para tal fin y de fácil acceso geográfico. Hoy en día además se cuenta con la ventaja de poder llevar adelante videos conferencias que permiten ampliar el caudal de participantes simultáneos salvando algunas barreras que la distancia o movilidad pueden representar.

4) Fecha y hora de realización: las diferentes opciones tienen ventajas y desventajas que cambian por factores tales como horarios de trabajos, la rama de la actividad laboral, flexibilidad que puede llegar a tener una empresa o dependencia para permitir realizar este tipo de eventos en horarios laborales, horarios de transportes, horarios disponibles por los disertantes, distancias, etc. Lo importante es evaluar cada caso en particular y resolver el horario más conveniente para que puedan asistir la mayor cantidad de personas posible.

5) Comprometer autoridades: el compromiso debe materializarse mediante el respaldo económico e institucional necesario para garantizar el éxito siempre asociado al cumplimiento del objetivo.

6) Promoción del evento: debe realizarse con un tiempo de antelación prudente la difusión del evento mediante alguna o algunas de las demás herramientas desarrolladas en este capitulo depende lo que permita el presupuesto que se cuente para ello.


7) Preparativos de última hora: una vez que se cuenta con los ponentes, día, hora, local y se ha difundido correctamente la actividad, no hay que dar lugar a la improvisación. De manera que hay que confeccionar una lista de tareas con temas que no se nos pueden pasar: si hace falta un proyector de transparencias, si habrá asientos suficientes, que la megafonía este bien, pizarrones y tizas, etc.

8) Moderador: es siempre aconsejable contar con un moderador que pueda hacer las veces de hilo conductor del evento y permita la participación de los asistentes de ser pertinente.

9) Material recordatorio: en medida que las posibilidades presupuestarias lo permitan siempre es conveniente que el asistente se quede con algún tipo de material impreso a manera de resumen recordatorio por ejemplo: un apunte explicativo, un folleto institucional, un vademécum, un boletín informativo, una calcomanía, etc.

Medios masivos de comunicación (televisión, radios, revistas):

Se puede afirmar que los medios de comunicación tienen cada vez más influencia en las personas como formadores culturales y condicionan sin dudas parte de las ideas, hábitos y costumbres, debido a que retrata a diario “ejemplos” de lo que es el estilo de vida actual. A través de películas, programas, magazines, documentales, noticias, se incorpora lo que se considera un modelo ejemplar, expresando como hay que ser y actuar.
Como principales críticas recurrentes a estos medios se les atribuye: hacer de la violencia algo cotidiano y normal en la sociedad, desculturizar con programación sin importancia, desintegrar la unidad familiar, manipular el pensamiento del público con ideas políticas o económicas guiados por ciertos intereses particulares.
Por otra parte pueden ser utilizados productivamente para el beneficio de la sociedad para transmitir mensajes sobre importantes temas sociales que pueden ayudar a la gente que habitualmente los consume, por ejemplo, mensajes sobre no consumir drogas, la prevención, riesgos de la automedicación, nociones de uso racional de medicamentos, etc.
De esta manera los medios masivos de comunicación tradicionales pueden convertirse en los canales para hacer llegar la información que se desea propagar a personas cuando no se lo puede hacer por otros medios mas personalizados. No obstante, estos medios también tienen sus propias limitaciones en términos de acceso ya que no todos los afiliados por ejemplo pueden acceder a la televisión por cable.

Una limitación o al menos un factor que suele frenar a algunas obras sociales a enfocar recursos en este tipo de medios es el costo del espacio que suele ser bastante elevado ya sea medido en minutos radiales, minutos televisivos, o porcentajes de paginas. En este sentido pueden realizarse alianzas estratégicas ocasionales entre dos o más instituciones para comunicar y educar sobre problemáticas comunes, por otra parte también existen medios que pueden ofrecer espacios que den la posibilidad de transmitir el mensaje de forma gratuita.

Algunos ejemplos de cómo se pueden aprovechar los medios masivos tradicionales de comunicación en el caso concreto de la temática aquí desarrollada serían:

· Realización de distintos spots publicitarios tanto por radio como por televisión para concienciar a la población sobre los efectos nocivos del uso y consumo inadecuado de los medicamentos, los diferentes riesgos que pueden acarrear la automedicación, la autoprescripción y la poli medicación.

· La producción de documentales temáticos como puede ser la explicación de la confección de un vademécum en base a medicamentos esenciales, persiguiendo esclarecer a las personas ciertos interrogantes frecuentes sobre la causa de por que determinados medicamentos que le son recetados por los profesionales no cuentan con cobertura alguna de la obra social.

· También, institucionalmente se puede contar con espacios de radio o televisión ya sea en forma de programas, micros, o segmentos que promueva una interacción con el televidente, donde este pueda manifestar sus interrogantes sobre diferentes temas relacionados con la salud a un profesional, y aprovechar para instruir sobre el uso racional de medicamentos.

Estos medios de comunicación masiva de la misma manera pueden ser apropiados para publicitar y difundir otros canales comunicativos propios de la institución como las paginas Web, los números de contacto telefónicos, los correos electrónicos, o anunciar ciclos de conferencias, por ejemplo.

Lic. Matias Ramiro Frias

Uso Racional de Medicamentos (extraido de Tesina sobre Gestión de Medicamentos Ambulatorios en agentes de la seguridad social Argentina)

Uso racional de Medicamentos

Es sabido por las personas que habitualmente trabajan con medicamentos (en la elaboración, prescripción, comercialización, y dispensa) o que se encargan de estudiarlos en sus distintos aspectos, que estos tienen un doble potencial que se puede materializar tanto en significativos beneficios para la salud personal y social como en graves perjuicios para el estado de salud y la vida de las personas, dependiendo del grado de racionalidad en el uso que se les da a estos.

El uso racional de medicamentos y su contrapartida el uso irracional abarcan aspectos relacionados con el registro, producción, comercialización, distribución, prescripción, dispensación y consumo. Los actores responsables van desde las autoridades sanitarias, pasando por laboratorios, universidades, médicos y farmacéuticos; hasta los consumidores finales de los fármacos.

Por las pretensiones limitadas de este trabajo que se restringe a la gestión de medicamentos en la seguridad social solo se profundizará sobre problemas asociados a la prescripción, dispensación, y consumo, desarrollando las herramientas útiles y dejando de lado los problemas e intereses condicionantes de la oferta de medicamentos por parte de las empresas farmacológicas productoras que plantean una coyuntura particular.

Se puede partir estableciendo lo que la Organización Mundial de la Salud considera como uso racional:
“la situación mediante la cual los pacientes reciben medicamentos apropiados a sus necesidades clínicas, en la dosis requerida, por el periodo de tiempo adecuado y a un costo accesible”.

Como se puede percibir este concepto va mas allá de la utilización del medicamento de manera tal que permita cumplir un determinado presupuesto, ya que implica valores éticos ligados a la equidad y el acceso, que es lo que diferencia el concepto de uso racional y del de uso racionado.

Otro documento de la OMS, el de septiembre de 2002 denominado “promoción del uso racional de medicamentos: componentes centrales”, establece como necesario supervisar regularmente el recetado, la dispensación y el uso por los paciente de los medicamentos; identificando distintos tipos, volúmenes y motivos de uso irracional.

En lo concerniente a los distintos tipos de uso irracional que se le da habitualmente a los medicamentos se pueden identificar: consumo innecesario, prescripción inadecuada, incumplimiento de tratamientos, polimedicación, ausencias de monitoreo del uso, automedicación irresponsable y autoprescripción.

Los profesionales presriptores para promover el uso racional de los medicamentos deben realizar la prescripción del medicamento disponible más efectivo, seguro y a un costo razonable para el paciente y el sistema de salud.

En Argentina, Para la prescripción de medicamentos por parte de médicos y odontólogos autorizados, se los obliga a partir del año 2002, mediante ley 25649, a recetar medicamentos por su denominación común internacional o nombre genérico.

Un factor importante que entra en juego en el punto prescriptivo con gran relevancia es la calidad en la formación de los profesionales sobre el conocimiento de los aspectos científicos de los medicamentos. Es precisamente por ello que las universidades encargadas de la formación de médicos adquieren una gran responsabilidad y deben implantar un conocimiento profundo en los futuros profesionales sobre los distintos aspectos vinculados a los fármacos y como premisa fundamental inculcar con fuerza los nombres genéricos de las distintas drogas.

Para poder hablar de un efectiva prescripción racional, el profesional en la consulta medica debe realizar un diagnostico certero o al menos probable, teniendo un conocimiento de la enfermedad, evaluando beneficios y perjuicio que podría producir determinado principio activo a corto y largo plazo en el paciente, escribiendo de manera legible la prescripción e informando al paciente sobre los objetivos del tratamiento, beneficios y riesgos, como debe administrar o ingerir el medicamento, y sobre como debe actuar ante eventuales efectos adversos. El medico además debe estar atento al seguimiento de los síntomas de la enfermedad y el cumplimiento del tratamiento por parte del paciente.

Desde el punto de vista de la seguridad social, sus instituciones cuentan con la posibilidad de monitorear la prescripción mediante diferentes Indicadores destinados a determinar distintos problemas en la prescripción entre los que se pueden enumerar:

medicinas por consulta,
porcentaje de medicamentos recetados solo por nombre genérico,
porcentajes de consultas donde se prescribieron antibióticos,
porcentaje de medicamentos recetados del listado de medicamentos esenciales.

Es importante que las instituciones sigan de cerca la evolución de estos y otros indicadores, creando lazos con otras obras sociales para compartir información y comparar resultados.

También las obras sociales pueden ejercer cierto control activo sobre la prescripción mediante la implementación de consultorios externos propios, ya que de esta manera los profesionales contratados en forma directa por la institución pueden realizar recetas con el conocimiento de las conveniencias económicas tanto para la entidad como para el afiliado.

En cuanto a la responsabilidad del paciente para contribuir al uso racional, esta se circunscribe a utilizar correctamente los medicamentos que le fueron prescriptos en base al problema de salud que le haya sido correctamente diagnosticado y comunicarle al medico como evoluciona su sintomatología o la aparición de eventuales efectos indeseables.

El consumo innecesario de los medicamentos por parte de las personas produce además de pérdidas económicas para entidades financiadoras y economías domesticas, una importante cantidad de enfermedades y muertes, siendo de esta manera muy frecuente poder leer en distintas bibliografías frases del tipo “los medicamentos son venenos que utilizados en dosis adecuadas pueden llegar a curar”.

El consumo elevado de medicamentos tiene dos aspectos diferentes uno es el sobreconsumo por parte del paciente y el otro la sobreprescripcion por parte de los profesionales.

Es importante que las obras sociales realicen un monitoreo del consumo de medicamentos de sus afiliados mediante acciones de auditoria destinadas a reconocer los afiliados mas consumidores y relacionarlos con afecciones y diagnósticos.

En caso de detectar consumo elevado, el área de auditoria médica puede solicitar a los afiliados una historia clínica que justifique la indicación de medicamentos o contactarse con los médicos prescriptores, y de ser posible buscar alternativas con mejor relación costo-efectividad. Además mediante un monitoreo de consultas medicas e indicadores de consumo de medicamentos se puede colaborar con la detección de situaciones irregulares e implementar los mecanismos necesarios para evitarlas.

La implementación de la herramienta de copagos o coseguros en los diferentes convenios celebrados por la seguridad social permite colaborar con un doble objetivo:

· Financiación del medicamento: una parte de la financiación del medicamento tiene relación directa con el consumo individual, ya que el beneficiario para adquirir determinado medicamento debe desembolsar en la farmacia un estipulado porcentaje del valor del medicamento o un monto fijo.

· Desalentar la sobreutilización y fomentar el uso racional: ese valor a desembolsar en el momento de la adquisición en la farmacia provoca un condicionamiento económico en el afiliado para el sobreconsumo, es decir el paciente debe conocer que al excederse en la adquisición de determinado medicamento con respecto a lo que sería un consumo adecuado, aparte de repercutir negativamente en su salud, produce además un menoscabo en su economía particular. Vale destacar como regla general que para la fijación de montos o porcentajes de copagos debe favorecerse el control de la sobreutilizacion, sin transformarse en una barrera de acceso económico.

Otro tipo de uso irracional de medicamentos es el abandono de medicación, siendo muy importante, desde lo institucional, ocuparse de conocer causas de estos incumplimientos o falta de adhesiones de tratamientos farmacológicos, sobre todo los crónicos.

Además de llevar a cabo programas para aumentar el grado de cumplimiento de estos tratamientos, se deben identificar cuales son las principales barreras, informando y educando a los beneficiarios sobre la necesidad de que tomen un grado de responsabilidad con respecto al cuidado de su propia salud no interrumpiendo los tratamientos que les fueron indicados. De esta manera además de optimizar el cumplimiento de tratamientos se incrementa la satisfacción de los beneficiarios, quienes perciben interés institucional.

Desde el punto de vista de la calidad/seguridad, la farmacovigilancia es la evaluación del uso y efectos adversos de los medicamentos que se comercializan por medio de la identificación y cuantificación de sus riesgos.

En Argentina el ANMAT cuenta con un Departamentos de farmacovigilancia que recibe notificaciones espontáneas de efectos adversos de los medicamentos que prescriben los profesionales de salud, constituyéndose una fuente de información para modificar advertencias de los medicamentos, precauciones, dosis, además de restringir o suspender la comercialización de algún producto.

Los datos pueden ser remitidos a la ANMAT por notificadores periféricos (hospitales o cátedras de farmacología), notificaciones espontáneas (profesionales que detectan efectos adversos) y usuarios de medicamentos. Siendo en estos últimos donde deben enfocar las obras sociales esfuerzos, concienciando a sus afiliados de que informen al ente encargado ante la sospecha de falta de eficacia, alteraciones, u otras dificultades en el consumo de medicamentos.

La polimedicación, que es la administración de varios medicamentos en forma simultánea, también resulta una problemática en asenso que tiene como grupo más riesgoso a los pacientes de edad más avanzada ya que es el grupo con más prevalencia de enfermedades del tipo crónica, las que se controlan con medicamentos específicos. Por ejemplo una persona mayor que tenga hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes, un proceso artrítico y alguna falla cardiaca, recibe al menos una droga por cada patología.

Cuando hay polimedicación aumentan los riesgos de interacción peligrosa. Así “Los investigadores alertan acerca del riesgo de las interacciones entre los medicamentos, el cual se incrementa cuando se toman más de cinco fármacos diarios. Estadísticamente, el riesgo potencial de interacción entre los medicamentos crece geométricamente al agregar cada pastilla. Así, en los pacientes que toman dos fármacos el riesgo potencial de interacción es del 6%, pero el porcentaje se eleva al 50% en quienes toman más de cinco”[1]. También la cultura del consumo aparece asociada a la polimedicación con la creencia de que existe un producto para cada situación patológica.

Es importante diferenciar entre automedicación y autoprecripción, refiriéndose la primera al uso sin prescripción medica de medicamentos de venta libre u OTC, mientras que el segundo termino queda restringido a la adquisición, sin prescripción medica, de medicamentos de venta bajo receta o éticos. Los medicamentos de venta libre están compuestos por principios activos conocidos por su efectividad y baja toxicidad para el organismo; y por ello no representan un riego mayor para el usuario.

Las consecuencias de la autoprecripción pueden ser retrasar diagnostico, enmascarar la enfermedad, prolongar o agravar enfermedad, incrementar riesgo de reacciones adversas, fomentar la dependencia, contribuir al fenómeno de resistencia a medicamentos, entre otras. Hay algunos grupos de medicamentos (Antibióticos, Analgésicos, antinflamatorios) que requieren mayor atención por ser los que comúnmente algunas personas consumen indiscriminadamente. En este aspecto, es importante realizar institucionalmente programas dirigidos a los afiliados para promover el uso informado de medicamentos de venta libre y evitar la autoprescripción.

En lo que respecta a la dispensa, el farmacéutico para enmarcarse dentro del uso racional de medicamentos debe lograr durante la dispensación que el paciente conozca las propiedades beneficiosas y los riesgos de los medicamentos prescriptos, y además debe contribuir a la educación del paciente acerca del riesgo potencial de tomar fármacos sin prescripción medica; en nuestro país la ley 25649 de prescripción por el nombre genérico puntualiza que el profesional farmacéutico debe informar al consumidor las distintas marcas comerciales que contengan el mismo principio activo, con la misma cantidad de unidades, forma farmacéutica, concentración y los diferentes precios de estos productos para que este pueda elegir por una de las distintas opciones.

Relación de agencia

Durante el acto de la prescripción se produce un vinculo estrecho entre el profesional medico y el paciente donde este ultimo delega en el primero la facultad de tomar una decisión medica por el, como es la elección de algún tratamiento que puede incluir medicación o no, en virtud de su mayor conocimiento científico en la materia.

De esta manera los pacientes deben confiar en el medico debido a que cuentan con información insuficiente(asimetría de información), produciéndose una demanda inducida, ya que el consumidor que demanda el medicamento lo hace promovido por la indicación del medico.

En definitiva se produce una situación donde quien elije no paga ni consume el medicamento. La prescripción por nombre genérico le permite al paciente la elección del producto comercial que mas le convenga dentro de la misma droga o principio activo recetado.

Asimetría de información

En principio hay que mencionar que la mayor parte de información sobre las eventuales características riesgosas o beneficiosas de cada producto puesto en el mercado es ostentada por la industria que los produce.

Existe además una doble asimetría, desprendida de la relación de agencia ya vista, que se manifiesta en las relaciones productores- prescriptores y prescriptores- consumidores.

En cuanto a la relación existente entre laboratorios productores y profesionales prescriptores, se puede decir que los primeros colocan en el mercado una gran cantidad de productos con diferentes nombres comerciales dificultando que los médicos puedan llegar a estar adecuadamente familiarizados con las distintas características de los mismos, incluido su precio.

Adicionalmente el laboratorio tiene mayor información en relación a eficacia, calidad y seguridad de los medicamentos que produce, invirtiendo grandes cantidades de dinero en marketing y publicidad dirigida a los médicos con el objetivo de posicionamiento de determinada marca en el mercado.

Entre los medios elegidos por los laboratorios para influir o condicionar de alguna manera la prescripción habitualmente se encuentran: el otorgamiento de la muestra gratis, el financiamiento para congresos, publicaciones y otros tipos de estímulos.

Haciendo foco en esta relación ciertamente conflictiva, la resolución 627/2007 del Ministerio de salud de la Nación aprueba “las buenas practicas de promoción de medicamentos de venta bajo receta”, que regulan sobre estos aspectos en particular y otros que hacen a la relación publicitaria-comercial de laboratorios prescriptores con profesionales encargados de la prescripción (médicos y odontólogos) y de la dispensa (farmacéuticos) de medicamentos.

Para evidenciar sucintamente el objetivo filosófico que persigue esta resolución se puede recurrir al artículo 3 inciso c de la misma que expresa que “la promoción de los medicamentos deberá favorecer en cualquier caso el uso racional, presentándolos en forma objetiva dentro del marco de sus propiedades farmacológicas, acción terapéutica e indicaciones aprobadas”[2]. En cuanto al alcance de incumbencia de la misma incluye: la visita con fines de promoción por parte de los visitadores médicos a los profesionales autorizados para la prescripción, el suministro de muestras gratis, el patrocinio a profesionales a reuniones promociónales y a congresos científicos, la incitación mediante el ofrecimiento cualquier ventaja monetaria para la prescripción o dispensa, y la promoción o comercialización de medicamentos mediante el uso de Internet.

Desde el posicionamiento de los prescriptores, estos cuentan como una herramienta para amortiguar las diferencia de información existente con el libro farmacopea Argentina que es un catálogo que elabora anualmente el ANMAT donde se exponen las drogas necesarias para el ejercicio de la medicina y farmacia.

Otras herramientas las constituyen las guías farmacológicas que tienen como ventaja poder contener información compilada sobre problemas clínicos frecuentes. La guía es una fuente de información orientada al uso racional de medicamentos mediante criterios de selección de principios activos y estrategias terapéuticas. Se caracterizan por tener un número limitado de medicamentos.

Existen planes de elaboración de estas guías, donde se incluyen criterios de selección de medicamentos, juicios de selección de estrategias terapéuticas, cantidad y calidad de la información que deben contener y establecimiento de prioridades. La elaboración de estas guías debe estar a cargo de un grupo interdisciplinario e independiente, revisada periódicamente y debe estar a disposición de todos los prescriptores de medicamentos, siendo imperioso algún apoyo institucional. Las obras sociales pueden consensuar estas guías con los profesionales prescriptores contratados y velar por su cumplimiento.

Por otra parte, el manual farmacéutico es un catalogo de productos donde se precisa el nombre de la droga, el nombre comercial, el laboratorio productor, el precio sugerido al publico, y las presentaciones posibles.

En la asimetría existente entre prescriptores y consumidores, son estos últimos los que están peor posicionados al no contar, además del conocimiento científico, con información de precios, variedad de productos o calidad y siendo ellos los que en ultima instancia pagan, al menos en forma parcial, por medicamentos no elegidos. Desde el punto de vista de las obras sociales y teniendo en cuenta que las relaciones asimétricas conformadas por laboratorios, presciptores, y dispensadores excede su campo de acción, estas deben concentrar sus esfuerzos y recursos en la educación e información de sus asegurados en materia de uso racional de los medicamentos.

Por otro lado, para analizar la información que les llega a los consumidores de medicamentos como parte de la promoción de los laboratorios productores, se debe distinguir claramente entre medicamentos de venta libre y medicamentos del mercado ético o de venta bajo receta.

Los laboratorios productores vuelcan distinto tipos de publicidades de sus productos de venta libre, que no poseen restricciones publicitarias, directamente sobre el público en general a través de los diferentes medios existentes como ser radio, TV, diario, revistas, publicaciones, etc. Además si bien existe la obligación legal de advertir la necesidad de consultar al medico, provoca un posible condicionamiento por parte del paciente al momento de la consulta medica al insistir sobre el pedido de aquel medicamento que es presentado con características de resultados casi mágicos, al mismo tiempo que la publicidad de estos productos provoca una diferencia con productos semejantes de otras marcas con precios que pueden llegar a ser mas convenientes. Para el otro grupo de medicamentos la ley 163463 en el inciso b del artículo 19 prohíbe expresamente toda forma de anuncio al público cuyo expendio solo ha sido autorizado bajo receta. La resolución ministerial del año 2007 antes citada también alude a esta circunstancia deponiendo que el material de promoción de medicamentos de venta bajo receta se debe limitar a profesionales facultados para la prescripción o dispensa y no accesible al público en general.

Las instituciones de la seguridad social para favorecer el uso racional de medicamentos deben comenzar con poseer un conocimiento cabal de la población cubierta desde el punto de vista epidemiológico y demográfico, realizar auditorias medicas con criterios de medicina basada en la evidencia, y consumar aportes concretos para alentar la figura de un paciente informado y comprometido con su salud.

Grado de conocimiento del afiliado sobre cobertura y uso racional de medicamentos

Como ya se ha expuesto, los esfuerzos de las obras sociales para favorecer el uso racional de medicamentos se deben concentrar fundamentalmente en la educación de sus afiliados y en el seguimiento de la relación de estos con el consumo de fármacos.

[1] http://www.latinsalud.com/articulos/00439.asp?ap=2. Datos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC).
[2] Inciso c Art. 3 resolución ministerio de salud numero 627/2007


Lic. Matías Ramiro Frias