miércoles, 1 de septiembre de 2010

Continúa el paro en el Vilela por 38 puestos de trabajo

Los trabajadores del Hospital de Niños Víctor J. Vilela continuarán hasta el mediodía con el paro que arrancó ayer para reclamar por más personal e insumos. A las 12, y siempre condicionada a la respuesta de la Municipalidad, una asamblea decidirá si la huelga se prolonga con el objeto de obtener 38 puestos de trabajo. Para el secretario de Salud de la Municipalidad, Lelio Mangiaterra, será la mesa de relaciones laborales, de inminente reunión, la encargada de destrabar el conflicto que tiene como eje la incorporación del personal.

   “No es esa la cantidad de bajas que se debe reponer en el Vilela”, dijo Mangiaterra y aseguró que la Municipalidad maneja otros números sobre el tema. Por lo pronto, en junio hubo 10 incorporaciones y se esperan otras 6 para septiembre. Además, el funcionario explicó que en toda la red de salud de la ciudad hay movimiento de unas 160 altas y bajas anuales que es necesario cubrir.

   Ahora la única instancia de resolución será la mesa de relaciones laborales que debería constituirse en las próximas horas. “El paro nos sorprendió porque más allá de alguna rispidez venimos trabajando en forma armónica con el sindicato de municipales”, explicó el funcionario, quien, además de focalizar el problema en los recursos humanos pendientes, admitió la falta de insumos, sobre todo jeringas y agujas, y de la ropa de trabajo, a razón de dos mudas por año, que lleva varios meses sin entrega.

   El paro se realizó con garantías de guardias mínimas y cirugías de urgencias, mientras que en los consultorios externos los profesionales atendieron. “Esto no es lo mismo que parar una fábrica”, dijo un médico cardiólogo de vasta experiencia a La Capital.

   La huelga arrancó con las primeras horas de ayer y a media mañana una asamblea ratificó el rumbo tomado en la protesta. “Se votó la continuidad del plan de lucha hasta mañana (por hoy) donde se vuelve a decidir”, explicó el secretario adjunto del Sindicato de Trabajadores Municipales de Rosario, Antonio Ratner.

    Desde el núcleo duro del trabajo hospitalario, el sector de enfermería aseguró que el reclamo es justo más allá de cualquier consideración que se haga sobre el mismo. Desde esta área indicaron que este año el trabajo fue tan intenso que el estrés disparó un ausentismo por enfermedad que rozó el 20 por ciento. “Fue peor que en el pico de gripe A del año pasado”, explicaron. También dijeron que la atención no se resiente y conserva la calidad de siempre a costa de jornadas extenuantes de doce horas cada una.

   “Mantener este nivel de trabajo durante varios días seguidos termina en un agotamiento; caemos enfermos, lo que nos agota hasta el límite no es el trabajo normal sino la angustia y el estrés de tener que resolver situaciones con escasez de recursos”,
aseguraron.

Carencias. Si de personal se trata, sólo en enfermería debería haber 38 puestos más para hablar de una plantilla acorde con la envergadura de la institución que incorporó nuevas áreas y sumó camas de internación, consideraron los trabajadores. Y demandaron “recursos materiales”

   Así, enumeraron que hay stock a cuenta gotas en jeringas, guantes, descartadores y hasta suero. “No hay falta de medicamentos como de materiales descartables para administrarlos”, admitieron los trabajadores.

Desde China. Para Mangiaterra hay cuestiones objetivas que atender en la demanda, “No faltan insumos, sí puede haber algún problema con las jeringas y las agujas que
son de origen chino y su compra se resiente por los inconvenientes de integración, aunque nunca se llegó al punto de que falten para poder trabajar”, enfatizó. Y dijo que tampoco faltó
suero.

   Pero es en la ropa de trabajo donde coinciden las demandas con la explicación municipal. “Estamos atrasados, hubo una mecánica para adquirirla que no funcionó, se cayeron dos licitaciones y ahora estamos habilitados para hacer compras directas”, relató Mangiaterra antes de decir que existe el firme compromiso de solucionar esta
cuestión.

   Otro punto de fricción entre los trabajadores y las autoridades son las horas extras. “No las negamos, pero decimos que el criterio es hacerlas cuando sean necesarias”, sostuvo
Mangiaterra.

Fuente: Silvia Carafa / La Capital

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