martes, 19 de abril de 2011

El sistema se modifico en los 90

La Confederación General del Trabajo estaría reclamando que se frene la libre opción de la obra social, mientras que el Gobierno esta analizando alternativas que compensen los desequilibrios de los más afectados, sin realizar cambios radicales al sistema

La desregulación del sistema de salud que se concretó durante la gestión de Carlos Menem, les garantizó a los asalariados la libre opción de la obra social más allá de la rama de su actividad. En los fundamentos de la resolución, se invocó que esa decisión contribuiría a mejorar la eficiencia por el clima de mayor competencia.
En 1997, se habilitaron los convenios con empresas de medicina prepagas y allí comenzó a prefigurarse el mapa actual. Hubo obras sociales pequeñas que, a cambio de quedarse con una porción mínima del aporte, cerraron acuerdos con firmas privadas. Esto hizo que experimentaran un fabuloso crecimiento en sus filas y ascendieran a los primeros puestos del podio en la recaudación.
En la CGT reclaman que se frenen los pases y en la Casa Rosada, se resisten a una medida tan drástica. Analizan alternativas para compensar los desequilibrios de los más afectados.

En la Argentina, el sistema de seguridad social cuenta hoy con 18 millones de trabajadores que aportan dinero de sus sueldos a las obras sociales. La medicina prepaga cuenta con entre 2,5 y 3 millones de afiliados, según estimaciones privadas.

La AFIP recauda unos 2000 millones de pesos mensuales que retiene de los salarios, que se reparten, en su mayoría, entre las obras sociales y el resto, alrededor de 15%, van al Fondo Solidario de Redistribución.

El Fondo Solidario de Redistribución nutre a la Administración de Programas Especiales (APE).

Fuente: el consultor de salud

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